☆╮Yⓤⓜⓜⓨ Dⓔⓛⓘⓒⓘⓞⓤⓢ╭★®: Sol de lluvia. (Primera parte)

viernes, 1 de noviembre de 2013

Sol de lluvia. (Primera parte)

¿Quién es esa? Tomy, no me sueltes la mano hasta que se vaya...
¿Qué está haciendo? Tomy, no te quedes callado...

La joven se despertó sobresaltada, transpirada, con miedo.
-Es la última vez que me acuesto tarde y pensando cosas raras.
La mañana se lucía lluviosa, con esa especie de gota eterna. El agua se acumulaba en las calles, el patio y sus ojos.
No se habría despertado a no ser por el mensaje que Berni le dejó en su celular:


                           "Buen día Sol, es hora de brillar :)"

Sus mensajes le hacen bien, aunque no siempre lo demuestre. Le escribe con una sonrisa en el rostro:


   "¿Acaso eres idiota? el día está pésimo, solo quiero seguir durmiendo...Buenos días"


Aunque ella solo quería que el día pasase lo más rápido posible por arriba de sus sábanas floreadas.
Le gustan los días lluviosos, desde pequeña nunca faltó al colegio los días de lluvia. Las maestras siempre la dejaban hacer lo que quería, y eso era lo que a ella más le divertía. Pasearse por el colegio, ayudar a las porteras, hablar con la "seño". Pero lo que más le gustaba era dibujar lo que quería y escribir.
Así fue como la seño se conmovió al leer la respuesta a su pregunta ¿Por qué les gustan los días de lluvia?:

        "Me gustan mucho los días de lluvia porque estamos todos juntos en familia"

A medida que pasaba el tiempo, la lluvia se volvía cada vez más especial para ella. Pero ya no por la familia, (pues sabía que ahora eso es un caso perdido) sino porque le gustaba sentir el agua semi eterna caer sobre su rostro y todo su cuerpo.
A su madre no le gustaba mucho esa idea, así que Sol se tuvo que comprar un paraguas transparente.
-¡No es lo mismo, má!
-No te podes seguir mojando con la lluvia de esa manera, ya estás grande. Te vas a enfermar y la que tiene que ir de acá para allá soy yo.

Tenía razón.
Finalmente esa medida de fuerza reprimió sus deseos, y ahora ella observa la lluvia desde la ventana. Anhelante por dentro. Insaciable.

Los días transcurrían monótonos para ella. Su casa se había vuelto demasiado grande desde que todas sus hermanas se habían ido a hacer sus vidas.
Solo habitaban su madre Leona, su hermano mayor Tomás y Fredo el perro.
Pero a decir verdad, la única que habitaba esa casa era la madre, ella la cuidaba y limpiaba, era verdaderamente, la Leona de la casa.
Tomás trabaja todo el día, Sol estudia y trabaja medio tiempo.

-¿Por qué sos tan tarada? nadie me lo puede explicar, son los misterios de la vida eh!- Decía Tomás, sin motivo alguno, mientras se marchaba.
Sol no responde...
¿Por qué no le responde? Ella puede insultar y pelearse con sus hermanas o con cualquiera. Pero nunca en la vida le devolvió un insulto a su hermano.
No es que lo quiera demasiado, para ella es un adolescente mental.
Prefiere ignorarlo... Creo.

Últimamente no sabe que es lo que pasa, ese sueño la desconcertó mucho.

Las clases en la facultad ya no le interesan tanto, sus compañeras tampoco son lo mejor, pero no las culpa. Ya no están en la secundaria. El mundo adulto es cruel.

Solo se la pasa hablando con Berni y jugando en internet.
También tiene amistades online, pero irónicamente también son pocas.
A veces piensa que debería salir más y tener más amistades... eso la deprime y se queda jugando un rato más.
De vez en cuando charla con su madre. Uno nunca sabe cuando se va a ir nuestra querida vieja. La abraza y le dice que la quiere cada vez que ella se va.

Siempre tiene ideas nuevas en su cabeza, pero solo terminan siendo eso, ideas.
Ahora solo quiere seguir acostada, que el día pase volando, hasta que suceda algo mejor.

-¿Ya son las 3 de la tarde?, ¡tamadre voy a llegar tarde!- Exclama mientras se va y se adentra al mundo de gente con paraguas que son escudos... ella transparente.


"Un alma traslúcida y acuática, donde nadan pensamientos tan visibles como vulnerables[...]" *

*Cita del cuento: "El canto del Silencio" de María Rosa Lojo.

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